Hermanos por la Historia, Separados por el Destino
La Hermandad entre Jalisco y Texas.
La Raíz Común: Hermanos de la Joven República
En los albores de la República Mexicana, un período de efervescencia y transformación, nacieron dos hermanos que, aunque geográficamente distantes, compartían una misma cuna: el vasto territorio de la nación recién independizada . Uno de ellos, Jalisco , se alzó con orgullo como el primer estado libre y soberano en 1823, marcando el camino para el federalismo que se buscaba. El otro, Texas , una región vastamente despoblada y la parte más pobre del estado de Coahuila y Texas, miraba hacia el futuro con incertidumbre.
En este punto de partida, sus destinos estaban entrelazados por una misma bandera, un mismo ideal de nación. Ambos eran hijos de un padre que apenas empezaba a definirse, un México que soñaba con una república fuerte y unida. Sin embargo, este padre, a pesar de su nombre federalista, pronto comenzó a mostrar un centralismo asfixiante que pondría a prueba la lealtad de sus hijos. A pesar de los ideales federalistas iniciales, el naciente gobierno mexicano, recién salido de una larga guerra de independencia, no logró consolidar un poder efectivo que respetara la autonomía de sus estados. La infraestructura era precaria, las finanzas estaban en ruinas y la comunicación entre la capital y las provincias más lejanas era casi inexistente, sembrando las primeras semillas de descontento.
La Fricción del Centralismo y la Ruptura Tejano-mexicana
El centralismo, disfrazado de federalismo, fue la cuña que dividió a los hermanos. Mientras Jalisco se aferraba a la idea de la soberanía estatal, Texas, en su fragilidad y aislamiento, encontró en la incipiente república una fuente de abandono más que de apoyo. Las distantes políticas de la Ciudad de México eran insostenibles en un territorio tan vasto y con amenazas constantes. La gota que derramó el vaso fue la abolición de la Constitución Federal de 1824 y el establecimiento de un sistema centralista bajo la dictadura de Antonio López de Santa Anna en 1835. Esto no solo fue una traición a los ideales de la joven república, sino una afrenta directa a la autonomía que Texas, y otros estados, anhelaban. Cansado de las promesas incumplidas y de la distancia del poder central, Texas tomó la decisión radical de emanciparse. Se separó de su padre, México, para formar la República de Texas, una nación independiente que, al poco tiempo, sería adoptada por un nuevo y poderoso padre: los Estados Unidos
El descontento tejano no surgió de la noche a la mañana. La región sufriría de una falta crónica de inversión y protección por parte del gobierno central. Sus fronteras eran constantemente atacadas por tribus nativas hostiles y los colonos, tanto angloamericanos como mexicanos, se sentían abandonados a su suerte. La poca ayuda militar y la falta de una administración efectiva contrastaban con la prosperidad prometida por las políticas de colonización, lo que avivó un sentimiento de desconexión y la percepción de que la Ciudad de México no valoraba su territorio. La independencia se convirtió, en este contexto, no solo en una lucha ideológica por el federalismo, sino en una cuestión de supervivencia.
Los Tejanos de Coahuila y Texas: Un Conflicto de Lealtades
La decisión de independizarse no fue monolítica; para muchos habitantes de Texas, conocidos como tejanos , este fue un momento de profundo conflicto. Eran ciudadanos mexicanos con raíces en la región que creían en un sistema federalista. La opresión centralista de Santa Anna los empujó a unirse a la causa de la independencia. Además, Texas era el estado más pobre de los Estados Unidos Mexicanos, lo que acentuaba la sensación de abandono.
Un punto crucial es que muchos de estos personajes, como Juan N. Seguín y José Antonio Navarro , nacieron en Texas cuando aún era parte del Virreinato de la Nueva España . Con la consumación de la independencia de México en 1821, su nacionalidad cambió de subditos españoles a ciudadanos mexicanos de la nueva república. Este cambio de lealtad, que parecía natural al principio, se vio en un punto de quietud con el centralismo de Santa Anna . En esencia, su lucha no fue contra su identidad mexicana, sino contra la traición del gobierno central a los ideales de la República Federal, la misma por la que se habían convertido en ciudadanos.
El dilema de los tejanos era existencial. Amaban su tierra y su cultura, pero sentían que el gobierno mexicano los había traicionado al desechar la Constitución de 1824, que era la base de su identidad como ciudadanos de una república federal. No veían en Santa Anna a un líder que protegía sus intereses, sino a un déspota que amenazaba su autonomía . Su participación en la revolución no fue una traición a México como nación, sino una defensa de los ideales federalistas que consideraban esenciales. Por lo tanto, la independencia de Texas fue, en sus ojos, la única manera de preservar su soberanía y sus derechos.
Jalisco: El Bastión de la Cultura y la Resiliencia
Jalisco , en cambio, decidió permanecer. Se quedó con su viejo padre, un México convulso y en constante lucha interna, y se convirtió en un pilar de su identidad. Su lealtad a la nación no fue un acto de sumisión, sino de convicción. A pesar de las dificultades del centralismo y las tensiones políticas, Jalisco creció y se fortaleció, defendiendo su identidad y su autonomía a lo largo de casi dos siglos. Se convirtió en el corazón cultural de México, el epicentro del mariachi, el tequila y la charrería, elementos que son la esencia misma de lo que el mundo concibe como mexicano . Su resistencia fue una forma de reafirmar que la identidad de la nación podía coexistir con la soberanía regional.
A diferencia de Texas, que se sentía geográficamente aislado, Jalisco se encontraba en una posición más estratégica y con una población más densa, lo que le permitía tener una influencia política más fuerte en el destino del país. Aunque sufrió los embates del centralismo y participó en múltiples levantamientos federalistas, nunca llegó al punto de la secesión. Su lucha se centró en reformar a México desde dentro, no en abandonarlo. Esta resiliencia se manifestó en su capacidad para preservar y exportar su cultura, consolidándose como un faro de la mexicanidad que se proyectó más allá de sus fronteras.
La Larga Sombra del Centralismo: De Santa Anna a la Cuarta Transformación
La traición al federalismo que marcó la ruptura con Texas no fue un evento aislado, sino un patrón recurrente en la historia de México. A lo largo de casi 200 años, la promesa de la soberanía estatal ha sido constantemente puesta a prueba por un centralismo disfrazado de federalismo. Este modelo, que concentra el poder, las decisiones y los recursos en la capital, ha sido una afrenta continua a la autonomía de estados como Jalisco.
Este legado histórico encuentra similitudes en el régimen actual, conocido como la Cuarta Transformación . A pesar de un discurso que apela a la transformación nacional, sus políticas han sido percibidas por muchos como un retroceso en el federalismo. La desaparición de fideicomisos, la centralización del presupuesto y la toma de decisiones sin consultar a los gobiernos estatales, han generado una nueva ola de fricción entre el poder central y las entidades federativas. Esta dinámica recuerda a la opresión que llevó a los tejanos a la independencia, demostrando que la lucha por la autonomía regional sigue siendo un tema existencial en la política mexicana. Un claro ejemplo de este centralismo contemporáneo se observa en el sector de la salud. La centralización de la compra y distribución de medicamentos, que antes dependía de cada entidad, ha provocado un grave desabasto en estados como Jalisco. A pesar de las necesidades específicas y las realidades locales, las decisiones se toman desde la capital, ignorando la infraestructura y los protocolos de distribución preexistentes. Este enfoque unificado ha generado un caos logístico, dejando a miles de jaliscienses sin acceso a medicamentos esenciales para enfermedades crónicas, como la diabetes o el cáncer.
Este patrón de decisiones centralizadas y la falta de respeto por las autonomías locales se asemeja al control ejercido por Santa Anna, aunque con un rostro moderno . En ambos casos, el gobierno central impone una visión unificada sin considerar las consecuencias en los territorios que gobierna. Esta política, lejos de unir a la nación, genera descontento y desconfianza, reavivando el histórico conflicto entre el centralismo de la capital y el federalismo que los estados, como Jalisco, siempre han anhelado.
Herencia y Vínculo: Lazos que Perduran
Aunque separados por fronteras, banderas y padres diferentes, la hermandad entre Jalisco y Texas nunca se rompió del todo. Los lazos culturales son el hilo invisible que los une. A lo largo del tiempo, la migración de jaliscienses a Texas ha llevado consigo una rica herencia de tradiciones, música, gastronomía y arte que se ha incrustado en el corazón del estado de la estrella solitaria . El mariachi, el tequila y la charrería han florecido en tierras tejanas, transformando el paisaje cultural y creando una identidad “NUEVO MEXICANA” que es, en gran medida, una extensión de la cultura jalisciense. Es una prueba de que, aunque los padres hayan cambiado, el linaje sigue corriendo por sus venas
La relación cultural entre ambos territorios se ha fortalecido con el tiempo. El intercambio no solo ha sido de personas, sino de ideas y expresiones artísticas. Hoy en día, no es raro encontrar en Texas festivales de música regional mexicana, restaurantes de comida jalisciense auténtica y comunidades que mantienen vivas las tradiciones de sus ancestros. Esta influencia ha enriquecido la identidad tejana, creando un crisol cultural que es único en Estados Unidos y que, de alguna manera, mantiene vivo el recuerdo de la hermandad original entre los dos hermanos.
La Hermandad en el Siglo XXI: Dos Potencias, Dos Futuros
Hoy en día, ambos hermanos han alcanzado la grandeza. Jalisco, como el hermano mayor, un pilar de la historia mexicana, ha demostrado su resiliencia cultural y económica. Texas, el hermano menor que creció "grandote y fortachón", ha prosperado en su nueva casa, pero nunca olvidó los consejos, tradiciones y cultura de su hermano.
La migración es un testimonio viviente de la hermandad que perdura. De acuerdo con estadísticas del 2023 , la población de origen jalisciense en los Estados Unidos supera los 4,3 millones de personas . Si bien California sigue siendo el principal destino, Texas ha consolidado su posición como un importante centro de la diáspora jalisciense, albergando aproximadamente al 6% de esta población. Esto se traduce en un número estimado de 258,000 jaliscienses que han elegido el estado de la estrella solitaria como su nuevo hogar, creando un puente humano y cultural que conecta ambas regiones. Esta presencia no solo enriquece la economía y la sociedad texana, sino que también sirve como un recordatorio constante de las raíces compartidas.
Esta historia de dos hermanos, nacidos del mismo origen pero con destinos divergentes, nos invita a reflexionar. Nos muestra que la identidad y la fortaleza de un pueblo no dependen únicamente del país al que pertenece, sino de su capacidad para innovar, preservar su cultura y sobreponerse a las adversidades. Aunque Texas se haya emancipado y haya encontrado un nuevo hogar, el espíritu de la hermandad con Jalisco sigue vivo, resonando en la música, la comida y el corazón de millones de personas a ambos lados de la frontera . El destino de ambos demuestra que, incluso en la separación, las raíces compartidas pueden dar lugar a dos potencias con historias y legados únicos.
Al igual que en la canción de Grupo Intocable , uno de los hermanos se adelantó en el camino, buscando un destino diferente. Pero la distancia nunca fue un olvido, porque en cada nota de mariachi que se escucha en Texas, en cada bocado de birria que se saborea, vive el alma de Jalisco. Es un amor que el tiempo y las fronteras no han logrado borrar. En el fondo de la memoria, se guarda la esperanza de que, después de un largo viaje, los dos hermanos se vuelvan a encontrar. La historia no es un adiós, sino una pausa, una canción que promete un reencuentro que el destino, algún día, tendrá que cumplir.
Fuentes y referencias
Libros y Monografías Históricas
Ortíz Escamilla, Juan. El Estado de Jalisco y la Primera República Federal . Centro de Estudios Históricos, El Colegio de México, 2005.
Vázquez, Josefina Z. La Constitución de 1824 y el Federalismo Mexicano . Ciudad de México: El Colegio de México, 1995.
De la Teja, Jesús F. Texas y la guerra de Independencia de México: la perspectiva de los tejanos . Centro de Estudios Tejanos, 2018.
Artículos y reportajes
Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME). "Jalisco en Estados Unidos: Un análisis de la diáspora jalisciense". Secretaría de Relaciones Exteriores, 2023.
"Análisis del centralismo y la Cuarta Transformación en México". Artículo de opinión en la revista Nexos , 2022.
Oficina del Censo de EE.UU. UU. "Demografía de la población de origen mexicano en Texas". Encuesta sobre la comunidad estadounidense, 2023.
Fuentes en Línea
"Historia de la separación de Texas de México". Enciclopedia de la Historia de Texas . Asociación Histórica del Estado de Texas (TSHA). Disponible en: www.tshaonline.org
"La historia del mariachi: Origen y evolución". Fondo Cultural de la Música Mexicana . Disponible en: www.fonculturamexico.com